Hay un concepto del siglo pasado en los negocios que se sigue aplicando a las empresas que basan su atención en su producto e ignoran lo que el mercado les indica. Se llama “miopía del marketing” y sigue siendo un importante factor en el fracaso de los negocios.
Las empresas gastronómicas de hoy tienen que estar atentas a lo que sucede a su alrededor y responder con sus mejores herramientas a las exigencias de un mercado dominado cada vez más por la tecnología, que influye tanto a nivel de alimentos como en sus procesos (ya sea residuos, transporte, economía o medio ambiente).
Actualmente no sólo importa el sabor y la presentación de tus platos, los consumidores también buscan entender qué beneficios van a recibir de los alimentos que consumen y disminuir el impacto que sus acciones tienen en el entorno. Dar información específica y útil acerca de tus ingredientes y sus procesos puede ayudar a tus clientes a elegir tu establecimiento por sobre otros, que ignoren esta información.
Entonces, diferenciamos dos grandes categorías de tendencias que nos recibirán en el 2020.
- Los platos y sus ingredientes
Alimentos orgánicos
Son alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción intervienen fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados. Trae aparejado un mayor costo de producción pero los consumidores están cada vez más dispuestos a pagarlo.
Alimentos fermentados
Hacen bien al intestino, tienen propiedades antioxidantes y son saludables. Por estos motivos, productos como el yogur, el chucrut, el kimi y la kombucha están ocupando los primeros lugares de los pronósticos para este año.
Proteína vegetal y sustituto a la carne
Los sustitutos de la carne y las opciones veganas se irán incorporando cada vez más en las cartas de los restaurantes, ya que la cantidad de personas que eligen estas opciones para colaborar con la reducción de las emisiones de CO2 se va incrementando día a día.
Zumos y con cuchara
Los tradicionales guisos van regresando a las mesas de los restaurantes respondiendo a la tendencia de “comidas tradicionales” y saludables. De la misma forma, los zumos van ganando su participación en el mercado, pero no por tradicionales, sino por su capacidad de combinar ingredientes saludables para el organismo. Incorporarlos entre tus opciones puede ser una medida muy rentable.
Anti-age
La fórmula de la eterna juventud aún no ha sido descubierta, pero el aporte a la salud y la apariencia que brindan algunos alimentos sí. Por eso, cada vez más cocinas incluyen ingredientes a sus recetas con estas propiedades y no pierden la oportunidad de comunicarlo. Un imán para consumidores preocupados por su bienestar.
Otras culturas
También conectado con la disponibilidad de información, la gastronomía está alcanzando niveles de globalización nunca antes vistos. Ya no son las cocinas más reconocidas a nivel mundial las que pueden expandirse al otro lado del planeta, sino que hoy la oferta es tan variada e innovadora como países se pueden encontrar. Y va en crecimiento.
2. Tras bambalinas
La disponibilidad de información inmediata y abundante trae aparejado un amplio conocimiento de los consumidores con respecto a temas no estrictamente alimentarios. Los procesos de obtención de alimentos, su proximidad y desperdicios también son factores que las personas tienen en cuenta al momento de elegir.
Desperdicio cero, zero waste
Cada vez son más las personas que son conscientes de la necesidad de un cambio urgente en los hábitos de consumo. El desperdicio de alimentos se encuentra en una posición muy incómoda de cara al futuro, por lo que cada vez más establecimientos se están haciendo eco de ello y trabajan para lograr consumir la mayor parte de lo que se elabora en la cocina.
Pero éste concepto no solo aplica a los alimentos, sino también a sus envases. De modo creciente los consumidores optan por llevar sus propios recipientes a los supermercados para evitar el uso excesivo de plástico, e incluso eliminarlo.
Prácticas como el sobre-envasado de los productos por parte de las grandes cadenas de supermercados está cada vez peor visto, y es algo que deberán cambiar con el tiempo.
Con respecto a la gastronomía, éste es un proceso que queda escondido detrás de las cocinas. Aplicar y comunicar una política de reducción del consumo de plástico hoy puede ser un valor agregado para un restaurante, y posiblemente una obligación en el futuro. Entonces, ¿por qué mejor no empezar hoy a aplicarlo?.
En resúmen, que lo que se va a la basura sea cada vez menos.
Si quieres leer más sobre el tema puedes leer el post “¿Cómo reducir el desperdicio de alimentos para aumentar las ganancias del restaurante?”.
Proximidad, 0 Km
Al igual que con el plástico, la elección de los proveedores y el trayecto de las materias primas hasta las tablas del chef es algo que queda reservado para quienes trabajan en el proceso.
En este caso, la diferencia se encuentra en que muchos establecimientos ya se guían bajo políticas de compra local para fomentar la economía de la zona y disminuir el impacto ambiental que supone el transporte de los alimentos. Una gran estrategia a nivel comercial y el medio ambiente lo agradece.
Hiperconectividad
La gastronomía como entretenimiento y la tecnología van de la mano gracias a las plataformas digitales, como blogs y redes sociales. En ellas los usuarios comparten de forma habitual lo que consumen en sus salidas.
Por este motivo, el emplatado hoy ocupa un rol protagónico, muy superior al de años atrás. Además de mejorar la experiencia y la percepción del producto para el consumidor, también será una fuente de publicidad gratuita cuando sea compartido por medio de una fotografía en Instagram. Si se lo merece, claramente.
Aprender y compartir son las palabras que definen las tendencias gastronómicas de cara al futuro. La conjunción entre el conocimiento sobre lo que se consume y sus procesos, ocupan cada vez un lugar más importante en la agenda de los establecimientos.
Tomar conciencia y actuar sobre lo que que el mercado exige es es de vital importancia y la forma de evitar caer en la trampa de “la miopía del marketing”.