Elegir nombre para tu restaurante es, sin duda alguna, una cuestión fundamental.
Y mucho más  importante de lo que algunos creen.

Has creado el concepto y has planeado cada pequeño detalle, desde la carta hasta el ambiente de la sala, pero si el nombre no refleja la esencia de tu restaurante todo puede haber sido un esfuerzo inútil.

 

La gente te conocerá y recordará por el nombre de tu restaurante y lo asociarán con las emociones que vivan en la mesa. Es por eso que debes ser consciente de que el nombre que le pongas tiene que evocar en la mente del cliente tu mejor valor y todo aquello que ofreces. Para encontrar ese nombre perfecto permíteme hacerte una serie de consideraciones que seguro te van a resultar de utilidad.

 

En primer lugar, tienes que ser consciente, antes de comenzar el proceso de elección, de que el nombre que le des a tu restaurante marcará su identidad desde el principio. Por eso es de suma importancia que el nombre no sea algo caduco o que recuerde a la competencia. El nombre debe reflejar tu imagen de marca, por supuesto, pero también tiene que ser interesante y atractivo para los clientes.

 

Cuando te enfrentes al proceso de elección del nombre por el que todos conocerán tu negocio, considera estos consejos:

 

1. Escoge nombres cortos, sencillos y pegadizos.

Decídete por nombres breves, sencillos y fáciles de retener. Pónselo fácil a tus clientes y no les obligues a retener un nombre demasiado complejo. Piensa, también, que los nombres que son difíciles de pronunciar restan valor a tu marca y no te ayudan a construirla. En ambos casos, si el nombre es complicado o si es difícil de pronunciar, se pierde el marketing del boca a boca, lo que tiene un coste en sí mismo muy superior a lo que puedas imaginar.

 

Además, un nombre corto y simple te facilitará la expansión de tu negocio a otros lugares y será aceptado por los clientes de cualquier lugar.  

 

2. El nombre debe ser único.

Queda claro que el nombre de tu restaurante debe ser corto y pegadizo, pero es que también debe ser único. Esa singularidad puede provenir de diferentes sitios: de un juego de palabras, de la forma en que se escribe o simplemente del nombre mismo. Tener un nombre único te diferenciará de la competencia y creará una imagen marcadamente personal en la mente de los clientes.

 

Ten en cuenta, por último, que los nombres poco trabajados pueden provocar incluso problemas legales, porque ya pueden estar siendo usados por otro restaurante. Sea como sea, y en cualquier caso, un nombre poco trabajado no te darán el marchamo exclusivo que te otorgará tener un nombre único y original.

 

3. El nombre debe apelar a tu clientela objetivo.

El nombre de tu restaurante tiene que estar en consonancia con el tipo de público objetivo que tengas. Es decir, debe establecer una relación entre tu público y el concepto que le ofreces. Si pones nombre a tu restaurante sin tener en cuenta tu público objetivo, es muy posible que tus clientes no se familiaricen con él o no se sientan identificados. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría llamar “El rincón del ibérico” a un negocio dedicado a fiestas de cumpleaños infantiles, ¿no?

 

4. El nombre debe captar la esencia del restaurante.

El nombre del restaurante debe relacionar su esencia con los clientes. Como decíamos antes, el nombre debe relacionar las expectativas de los clientes y el concepto del restaurante. Si el nombre en sí no es relevante para el concepto, si no refleja la idea que hay detrás, lo que representa y qué esperar del restaurante, entonces, sencillamente, el nombre no es efectivo y no sirve para nada.

 

Un buen nombre siempre ofrece al cliente una idea acerca de qué esperar, por ejemplo, mientras que “El café de la esquina” es un buen nombre para un lugar donde la gente puede leer y trabajar, algo como “Café y libros” le daría una imagen mucho más clara y atrayente para el público objetivo.   

 

5. Debería dejar espacio para la innovación.

El nombre de tu restaurante es para siempre y también lo es el concepto, por eso no debería hacer referencia a tu forma de trabajar o a la comida que sirves. Por tanto, el nombre debe dejar espacio para la innovación o, de lo contrario, es posible que te limite cuando quieras (o necesites) hacerlo.

 

Por ejemplo, imagina un restaurante llamado “El asador de Aranda” que se propone innovar con una estupenda carta de pescado fresco. Un nombre menos definido probablemente aceptaría mejor ese cambio de concepto, ¿no crees?

 

6. ¿Qué nombres han elegido tus competidores?

Tener en cuenta los nombres que han elegido tus competidores, analizarlos y ver en qué se basan, puede darte ideas para el nombre de tu restaurante. Incluso puede ser que observar los nombres de tu competencia te haga detectar un patrón que deberías evitar. Por ejemplo, si tienes una pizzería y tus competidores más cercanos tienen nombres inspirados en el chef o en el dueño (Gino’s Pizza y Trattoria Luigi), lo lógico sería que te salieras de esa línea general llamando a tu restaurante algo como “Amo la Pizza”.

 

7. ¿Hay una historia detrás del nombre?

¿Hay una historia detrás del por qué abriste el restaurante o detrás de las recetas de tu cocina? O, simplemente, ¿la ubicación que has elegido para tu restaurante tiene relevancia histórica?

 

Si es así, podrás usar esas historias como base para el nombre. Eso creará una conexión instantánea con tus clientes y dotará de personalidad a tu restaurante. Podrás presumir de una historia fascinante que servirá de atracción para nuevos clientes.

 

Estoy seguro de que coincides conmigo en que nombres como “La pastelería de la abuela” o “Las delicias turcas” tienen un valor de atracción mucho mayor que “Todo postres”’ o “La fábrica de aperitivos”.

 

El proceso de elección del nombre de tu restaurante.

Si llega un momento en que te cuesta decidirte o te parece complicado afinar al máximo en la elección de un nombre para tu negocio, te recomiendo que vayas paso a paso. Este es un proceso básicamente creativo, pero, aún así, es mejor organizar un poco las cosas para que tu mente tenga las ideas más claras. Aquí te dejo seis pasos que te ayudarán a encontrar el mejor nombre posible para bautizar tu restaurante.

 

1. Escribe cualquier idea que se te ocurra.

Lo normal es que mientras le estás dando vueltas al tema del nombre se te ocurran mil ideas, palabras y frases que, al final, sencillamente terminarán por sobrepasarte. La mejor forma de evitar esto es crear un desorden organizado en una hoja de papel, una pizarra o un documento de ordenador.

 

Si haces eso, básicamente estarás tomando nota de todos los pensamientos que pasen volando por tu cabeza y podrás regresar a ellos tranquilamente cuando quieras.

 

Además, si te decides a escribir las ideas que te vayan surgiendo, terminarás por darte cuenta de que has ido de las ideas más evidentes e inmediatas hacia ideas más originales e inexploradas, que son, generalmente, las que dan origen a todos los nombres verdaderamente únicos.   

  

2. Resalta lo esencial.

El siguiente paso es observar el desorden organizado de palabras y frases que has escrito y alejarte del papel. Escucha una canción, haz café o lo que sea… pero no pienses en el nombre durante 15 minutos.

 

Cuando vuelvas, crea una imagen mental de tu restaurante funcionando a pleno rendimiento y generando grandes beneficios. ¡Piensa en el lugar, el interior, el ambiente, el ruido de fondo de los clientes y el personal a una hora punta! Esa es la esencia de tu restaurante, y lo que sientes al imaginarlo es lo que el cliente debe sentir cuando escuche el nombre de tu restaurante. Con esa esencia proyectada en tu mente, vuelve al papel y resalta todas las palabras y frases que tengan que ver con ella.   

 

3. Juega con las opciones.

Ahora que tienes destacadas algunas opciones, céntrate solo en ellas y trabaja para que acaben dándote el nombre que estás buscando. Puedes unir palabras o frases, completas o parcialmente, para formar nombres significativos. Simplemente recrea la esencia de tu restaurante e intenta condensarla en las palabras que elijas para formar su nombre.   

 

4. Crea un focus group.

Ya tienes varios nombres, ¿verdad? Pues el paso siguiente podría ser crear una lista de personas que formen parte de tu público objetivo. No te limites solo a familiares y amigos o personas de una determinada zona. Crea un focus group e invítalos a todos a él.

 

5. Entiende cómo perciben los nombres los clientes.

Plantea al focus group las diferentes opciones que barajas para el nombre del restaurante y, a continuación, pregúntales cómo perciben el restaurante basándose solo en los diferentes nombres.

 

¿Imaginan el restaurante tal y como es ahora o imaginan algo totalmente diferente? Basándose exclusivamente en el nombre, ¿a qué restaurante preferirían ir? ¿Qué expectativas les crea el nombre del restaurante? ¿Cómo se imaginan emocionalmente su experiencia en el restaurante? Todas esas respuestas son importantes y te aportarán un gran valor a la hora de decidirte por el nombre perfecto para tu restaurante.  

 

6. Mantén la mente abierta.

A continuación, solicita sugerencias. Pregunta al grupo qué podría mejorarse, cuáles han sido los peores y los mejores nombres que se les han propuesto y por qué, incluso puedes pedirles sugerencias para el nombre, ¿por qué no?

Sus ideas pueden terminar dándote una mayor claridad e inspiración. Por supuesto, no critiques las opiniones negativas que pueda expresar cualquier miembro del grupo con respecto a tus propuestas de nombre. Tienes que ser consciente de que, como en casi todas las facetas de la vida, no puedes complacer a todo el mundo y de que, cuando escuchas a la gente, pueden surgir ideas que no te habrías planteado jamás por ti mismo. Recuerda que el propósito de esta actividad es probar la reacción al nombre de tu cliente objetivo, tanto positiva como negativa.

 

El ejemplo de Bodegas Mezquita.

Quizás el nombre de mis restaurantes sea un buen resumen para todas estas consideraciones que acabo de comentarte. En mi humilde opinión, Bodegas Mezquita es un nombre realmente acertado, ya que aúna en dos palabras conceptos que evocan tradición y relevancia histórica. La palabra «bodega» evoca un lugar tradicional en Andalucía, un espacio con solera, una taberna, en definitiva, un lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad. Por otra parte la palabra «Mezquita», que nos sitúa perfectamente en la mente del potencial cliente como herederos de la relevancia histórica que tiene la zona donde se sitúan nuestros restaurantes.

 

De esta forma, Bodegas Mezquita es un nombre que contribuye a la propia imagen de nuestra marca y a su difusión, ya que se fija fácilmente en la memoria del público y transmite conceptos que se asocian al prestigio y la confianza que merecen lo tradicional y lo histórico.



Naturalmente, nunca perdemos de vista que el nombre es solo una parte de la marca, que siempre debemos de acompañar manteniendo una buena reputación. Todo el equipo de Bodegas Mezquita es muy consciente de que esta es la única forma de conseguir mantener al máximo las probabilidades de ser escogidos por nuestros potenciales clientes.

 

En definitiva, elegir nombre para tu restaurante es, en cierto modo, como dar nombre a uno de nuestros hijos. Todos somos cuidadosos para que nuestros descendientes no se vean perjudicados por el significado, por cómo suena o por la historia de un nombre. Del mismo modo, exactamente igual, con la misma responsabilidad, actuaremos con nuestro restaurante. El nombre que le demos será para toda la vida y tenemos que ser conscientes de que puede afectar a las expectativas que genere en los clientes, a las ventas e incluso al valor de la propia marca.

 

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